jueves, 2 de junio de 2011

Feliz cumpleaños, ciudad!




Pocos saben que Buenos Aires se llamó una vez Trinidad. Fue hace mucho, mucho tiempo. Hace 431 años, los que cumple el 11 de junio la ciudad.
Buenos Aires fue fundada dos veces (La primera en 1536. Don Pedro de Mendoza, colonizador español, estableció el primer asentamiento. Lo nombró: Ciudad del Espíritu Santo y Puerto Santa María del Buen Ayre. La segunda -y definitiva-, en 1580. Juan de Garay denominó el sitio Ciudad de Trinidad), pero como es mujer y coqueta, se quita edad tomando como fecha de cumpleaños la más reciente: el 11 de junio de 1580. Ese día, Juan de Garay fundó un fuerte en “terrenos altos”: justo donde hoy está la Casa Rosada, frente a la Plaza de Mayo. Reservó el nombre elegido por Pedro de Mendoza, “Santa María de los Buenos Aires”, para el puerto. Como un buen cristiano, miró el santoral y buscó el nombre que correspondía al 29 de mayo, el día en que por primera vez fondeó la boca del Riachuelo. Así, bautizó como Trinidad al fuerte. Que después fue villa. Que después fue aldea. Que hoy es megalópolis.
Llegó, como diría después Borges, “por ese río de sueñera y de barro”: el Río de la Plata, ahí donde confluían las grandes aguas mesopotámicas que bajaban desde Asunción para salir al océano.
Frente al fuerte creó la plaza principal, y a su alrededor entregó terrenos para los colonos y los religiosos: los que aún hoy están ocupados por la Catedral, el Cabildo, la Casa de Gobierno porteña, el Banco Nación y el ministerio de Economía. Después, según la normativa española, dividió el terreno en 250 manzanas. Desde la línea del fuerte, las cuatro primeras filas de manzanas estaban divididas en cuartos. El resto de la ciudad fue loteada y entregada a quienes habían acompañado su fundación. Ese núcleo inicial se limitaba por lo que hoy son las avenidas Independencia y Córdoba, las calles Libertad y Salta y el río. Hoy, apenas, el centro.
Buenos Aires celebra su cumpleaños espléndida, llena de cambios y propuestas, sin mirar atrás. El casco histórico de Buenos Aires está muy renovado, pero todavía puede adivinarse su historia bajo las baldosas, a través de visitas guiadas o simplemente caminando. Hay lugares que la guardan celosamente: el Zanjón de Granados, o la Casa Mínima de San Telmo, o los Altos de Defensa, o el Cabildo. O, con un poco de imaginación, las barrancas de Parque Lezama, desde donde antiguamente se veía el río. O el río mismo, todavía de sueñera y de barro, todavía llevando y trayendo novedades.